Esmeraldas Colombianas, gemas de la naturaleza y la historia

Pocas gemas en el mundo despiertan tanto asombro y admiración como las esmeraldas. Estas preciosas piedras verdes han fascinado a la humanidad a lo largo de los siglos, desde los tiempos de Cleopatra hasta nuestros días. Pero ¿qué hace que las esmeraldas colombianas destaquen entre todas?

La historia nos lleva a los remotos tiempos del antiguo Egipto, donde las esmeraldas adornaban a reinas y faraones, y eran consideradas símbolos de belleza y poder. Los conquistadores españoles, al llegar al Nuevo Mundo en el siglo XVI, quedaron maravillados por las esmeraldas que encontraron en las tierras que ahora conocemos como Colombia. Estas gemas no eran como las pequeñas y opacas piedras de las minas egipcias, sino auténticas joyas de un verde intenso y una calidad incomparable.

La historia de las esmeraldas colombianas está entrelazada con la leyenda de El Dorado, el mítico reino de oro que cautivó la imaginación de exploradores y conquistadores. En su búsqueda de riquezas, los españoles encontraron las famosas minas de Muzo y Chivor, donde las esmeraldas brillaban como tesoros ocultos en las profundidades de la tierra. Sin embargo, esta búsqueda de riqueza también trajo consigo el sufrimiento de los pueblos indígenas que fueron esclavizados para trabajar en las minas.

A lo largo de los siglos, las esmeraldas colombianas han sido codiciadas en todo el mundo por su belleza única y su calidad excepcional. La «Corona de los Andes» (foto), una impresionante pieza de joyería compuesta por más de 400 esmeraldas colombianas, es solo un ejemplo de su magnificencia.

Pero, ¿qué hace que las esmeraldas colombianas sean tan especiales? Su color verde, que va desde el azulado al puro, es incomparable. Según una antigua leyenda colombiana, las lágrimas de una mujer se convirtieron en estas preciosas piedras, otorgándoles un significado místico y profundo.

Desde un punto de vista geológico, las esmeraldas colombianas se forman de manera única en las grietas de las rocas sedimentarias, a diferencia de otras esmeraldas que se encuentran en rocas ígneas. Esta singularidad geológica, junto con la falta de hierro y la presencia de elementos como el cromo y el vanadio, confiere a las esmeraldas colombianas su distintivo y vibrante color verde.

Las esmeraldas colombianas son mucho más que simples piedras preciosas; son testigos de la historia, símbolos de belleza y poder, y maravillas de la naturaleza. Su legado perdurará por generaciones, recordándonos la riqueza y la belleza de nuestro mundo natural.

Fuente: 

https://jogani.com/blogs/gems-and-jewels/colombian-emeralds-are-the-preeminent-green-gems-her

La Corona de los Andes, o Corona de Nuestra Señora de la Asunción de Popayán, es una corona votiva elaborada originalmente para una imagen de Nuestra Señora de la Asunción de Popayán, Colombia. Mide 34,5 cm de alto, 52 cm de circunferencia, pesa 2,18 kilos en total y se realizó en oro de 18 a 24 quilates. Posee un total de 443 esmeraldas, que se distribuyen entre la banda y la diadema. La esmeralda más grande es la esmeralda de Atahualpa, una piedra de talla rectangular de 15,80 por 16,15 milímetros, presuntamente obtenida durante la captura del emperador Inca Atahualpa.1​ FOTO: Wikipedia

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